Según un nuevo estudio de la empresa de análisis de blockchain Chainalysis, un porcentaje significativo de todas las criptomonedas nuevas en 2022 no fue más que un vulgar “pump and dump”. Según Chainalysis, el año pasado se crearon alrededor de 1,1 millones de nuevas criptomonedas, de las cuales, según ellos, alrededor del 25% fueron estafas.
Bombeo y volcado
El “pump and dump” es una forma clásica de estafa en el mercado de las criptomonedas. Un proyecto es ensalzado por el equipo como la siguiente mejor cosa y mucha gente entrará debido al bombo difundido. Sin embargo, entre bastidores, las personas involucradas en el proyecto llevan mucho tiempo acumulando tokens a gran escala.
En el momento en que el proyecto gana tracción y el precio sube bruscamente, estas partes interesadas se deshacen de todos sus tokens, lo que significa que se van con un gran beneficio, pero todos los inversores descontentos se quedan con los bolsillos vacíos. Así que, como su nombre indica, primero se tira el precio y luego se vuelve a tirar.
Así, Chainalysis afirma en su investigación que hasta el 25% de todas las nuevas criptomonedas en 2022 fueron una estafa de este tipo. En total, unos $30 millones habrían sido capturados por los estafadores de esta manera en 2022 durante este período.
Estafas a gran escala
En el período comprendido entre enero de 2021 y el 31 de marzo de 2022, Chainalysis rastreó al menos a 46.000 personas que fueron víctimas de pump and dumps. Además, supuestamente se defraudaron $680 millones a inversores y operadores crédulos durante este periodo.
Los investigadores de Chainalysis revelaron que la prevalencia del “pump and dumps” se debe en gran medida a la facilidad con la que personas malintencionadas pueden introducir nuevos activos digitales y fijarles un precio y una capitalización de mercado artificialmente elevados “sobre el papel”, inflando artificialmente el volumen inicial de operaciones y controlando la oferta en circulación.