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En el Reino Unido (RU) se ha aprobado una nueva ley que amplía los poderes de la policía frente a las criptomonedas. A partir del 26 de abril, la policía británica ya no tendrá que realizar una detención antes de incautar criptoactivos. Esto permite una intervención inmediata cuando se descubre una actividad delictiva relacionada con las criptomonedas.
La policía puede transferir criptomonedas ilegales a wallets bajo su control. Las víctimas de delitos pueden entonces solicitar la recuperación de estos fondos. Curiosamente, la policía también puede decidir destruir los fondos digitales si su vuelta a la circulación se considera perjudicial para el público.
Seguridad nacional
Estos nuevos poderes se introdujeron después de que el Parlamento británico aprobara un proyecto de ley contra la delincuencia en 2023. Esta ley facilita la incautación rápida de criptomonedas. La policía también puede confiscar objetos como contraseñas o lápices de memoria que puedan ayudar en las investigaciones.
Según James Cleverly, Ministro del Interior británico, la normativa está pensada para mejorar la seguridad nacional. La ley ayuda a cortar los fondos a organizaciones como los grupos terroristas, que suelen utilizar criptomonedas para financiarse.
El Reino Unido busca una nueva normativa sobre criptomonedas 12 meses
En una reciente entrevista con la plataforma de noticias CNBC, Andrew Griffith, secretario de Estado del Tesoro británico, subrayó que el Reino Unido también quiere implementar otras leyes para la crypto industria en el plazo de un año.
La medida se produce tras la salida de la Unión Europea, que da al Reino Unido libertad para establecer normas independientes. Griffith sostiene que la próxima normativa será práctica y proporcionada, para preservar los beneficios del sector de las criptomonedas al tiempo que se establecen directrices claras.
El desarrollo forma parte de una estrategia más amplia para modernizar la tecnología financiera del país, incluida la regulación del uso de stablecoins en el procesamiento de pagos. Además, el Reino Unido está explorando opciones para su propia moneda digital, aunque Griffith reconoce que esta iniciativa requerirá amplias consideraciones tecnológicas y de privacidad.