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Worldcoin (WLD) ha atraído la atención en los últimos meses. ¿El motivo? Porque el CEO de la empresa que está detrás de ChatGPT, Sam Altman, es la fuerza impulsora del proyecto. ¿La misión de Worldcoin? Verificar la autenticidad humana mediante escaneos del iris y ofrecer una Renta Básica Universal (RBU) en un futuro mundo digital en el que la IA pueda actuar de forma cada vez más humana. El proyecto es popular y ha atraído más de 2 millones de solicitudes desde su lanzamiento el 24 de julio. Aunque ambicioso, el proyecto se enfrenta a posibles riesgos de seguridad.
Vulnerabilidad solucionada en 24 horas
La empresa de cripto seguridad CertiK ha descubierto recientemente vulnerabilidades en el protocolo Worldcoin. Las vulnerabilidades se encuentran en un área sensible, concretamente en el proceso de verificación. CertiK consiguió eludir este proceso y convertirse en un operador Orb, lo que le permitió recopilar información del iris de los usuarios. CertiK lo notificó a los desarrolladores de Worldcoin, que realizaron una solución en 24 horas. CertiK verificó entonces la solución y confirmó que la vulnerabilidad se había resuelto.
La noticia de CertiK llega una semana después de que se publicara un informe sobre las auditorías de seguridad realizadas por Nethermind y Least Authority. Nethermind descubrió 26 vulnerabilidades de seguridad, 24 de las cuales ya se han resuelto. Least Authority identificó tres problemas y ofreció seis sugerencias, todas las cuales se han resuelto desde entonces o está previsto que se resuelvan.
Preocupación por la recopilación de datos de Worldcoin
El descubrimiento de CertiK es delicado ya que, aunque los datos del iris están encriptados, varias partes han expresado su preocupación por la seguridad y el posible uso indebido de los datos en varias ocasiones. Worldcoin, de hecho, pretende recopilar grandes cantidades de datos personales. El fundador de Ethereum, Vitalik Buterin, expresó sus reservas, haciendo hincapié en la importancia de un progreso tecnológico responsable. Países como Alemania, Francia y el Reino Unido también han expresado su preocupación, con investigaciones en curso sobre los posibles riesgos para la privacidad de la empresa.