Las estafas son un problema bien conocido en el sector de las criptomonedas desde hace años. Los inversores pueden ser engañados de innumerables maneras y perder la riqueza que tanto les ha costado ganar en monedas digitales. Tres formas populares de operar de los estafadores en el último año son los tirones de espaldas, el phishing de marcadores y los llamados ataques troyanos.
A principios de esta semana, la policía de Toronto anunció que un anciano y su esposa, cuyos nombres no se revelaron, fueron víctimas de un fraude con criptomonedas.
Casi $300.000 dólares en crypto perdidos
La pareja estaba dispuesta a invertir sus ahorros en algún sitio cuando se les acercó por Internet un desconocido que se presentó como »profesional y entendido» en inversiones. Tras ganarse la confianza de la pareja, les aconsejó que distribuyeran sus ahorros en una plataforma de criptomonedas fraudulenta. A continuación, instó a la pareja a enviar parte del capital a través de una criptobolsa legítima a un wallet designado.
La pareja canadiense no se dio cuenta de nada al principio, ya que el valor de su inversión había crecido »significativamente» en la plataforma del estafador. En un momento dado, incluso transfirieron dinero directamente a la persona en cuestión.
Sin embargo, las víctimas empezaron a tener sus dudas en el momento en que quisieron retirar parte de su cartera de criptomonedas. El estafador les indicó que pagarían comisiones muy elevadas o que tendrían que invertir más para realizar transacciones de tal magnitud. Al final, casi $300.000 dólares se esfumaron para la pareja de Canadá.
Sin embargo, la policía de Toronto inició una investigación y finalmente consiguió recuperar una »parte significativa de los fondos perdidos». Sin embargo, la identidad del estafador sigue sin estar clara.
Las criptoestafas siguen siendo problemáticas
Historias como ésta, en las que la gente ve cómo se esfuma toda su criptoriqueza, aparecen desgraciadamente cada vez con más frecuencia en las noticias sobre criptomonedas. Sin embargo, no es frecuente que las cosas acaben algo bien. A principios de este año, por ejemplo, pudiste leer sobre otro canadiense que fue víctima de una criptoestafa. Perdió casi $500.000 tras invertir en un proyecto que se había ganado su confianza a través de YouTube.
También pudiste leer hace un tiempo que una persona mayor británica había perdido casi $200.000 a través de una supuesta estafa romántica. En ella, los estafadores se aprovechan de la ingenuidad y la ignorancia de personas vulnerables a través de sitios web de citas en línea, por ejemplo.