Maastricht debería comprar BTC según Bram Nab
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En el Ayuntamiento de Maastricht, Bram Nab hizo una propuesta extraordinaria. Argumentó que la ciudad de Maastricht, Países Bajos, debería comprar Bitcoin (BTC) como inversión a largo plazo. Nab, miembro activo de la facción Foro para la Democracia de la Asamblea Provincial, afirmó que ya es hora de que la ciudad entre en el mundo de las criptomonedas. Sin embargo, su propuesta de comprar cinco Bitcoins a modo de prueba fue recibida con reacciones encontradas.
Bitcoin como reserva estable para Maastricht
Nab apuntaló su plan con una breve lección de economía monetaria. Los gobiernos de todo el mundo contraen deudas cada vez mayores y las financian con la creación de dinero. Esto, dice, conduce a la inflación, con la disminución del poder adquisitivo de monedas tradicionales como el euro y el dólar. Bitcoin ofrece una solución, según Nab, porque hay una cantidad máxima fija de la moneda. La escasez garantiza así la revalorización a largo plazo.
Nab se refirió a su papel como el «Donald Trump de Maastricht» vistiendo un atuendo rojo y azul en honor del presidente estadounidense. Sostuvo que Maastricht debería convertir al menos una cuarta parte de sus reservas de €122 millones en Bitcoin.
Repartiendo las reservas e invirtiendo parte en criptomonedas, la ciudad puede proteger mejor sus activos frente a la pérdida de valor de las divisas tradicionales. Aunque reconoce que el precio de Bitcoin es volátil, considera que la tendencia a largo plazo es una razón sólida:
«A largo plazo, el bitcoin será cada vez más caro. Aunque el valor a veces baje con fuerza o suba con fuerza, la tendencia a largo plazo es inevitable. No seamos un blanco fácil, protejamos nuestras reservas generales», dijo Nab.
La propuesta de Bitcoin suscita críticas y resistencia
La propuesta de Nab no fue recibida sin críticas. Coen van der Gugten, del partido ecologista GroenLinks, expresó su preocupación por el impacto medioambiental de Bitcoin. Señaló que en todo el mundo funcionan enormes centros de datos para mantener la red Bitcoin, lo que consume mucha energía. Para los críticos, esta huella ecológica de Bitcoin es motivo de cautela.
Además, la concejala Manon Fokke planteó una objeción legal: según la Ley de Financiación de Autoridades Descentralizadas (FIDO), los gobiernos no pueden asumir riesgos con el erario público. El bitcoin entra dentro de los activos de riesgo, lo que no lo permitiría. Nab respondió a estas críticas afirmando que, en su opinión, no existe ninguna norma explícita que prohíba a los gobiernos invertir en Bitcoin.
A pesar de las críticas, la propuesta de Nab recibió el apoyo de algunos concejales. El Partido Liberal de Maastricht y el Partido por los Animales apoyaron la idea. Los partidos vieron potencial en las criptomonedas como alternativa a las estructuras bancarias tradicionales. La tecnología Blockchain hace que las transacciones sean transparentes, permitiendo rastrear de dónde procede el dinero y haciendo transparente el impacto medioambiental.
Nab: «Oportunidades históricas que no hay que desaprovechar»
Nab se refirió a la Universidad de Maastricht, que en el pasado pagó Bitcoin a piratas informáticos. Más tarde resultó que el valor de estas monedas había subido mucho. Para Nab, éste es un ejemplo de las ganancias potenciales que podrían perderse por no intervenir.
En su discurso de clausura, Nab planteó al consejo una pregunta importante: «¿Estamos tomando hoy una decisión históricamente innovadora desde el punto de vista financiero o dentro de mucho tiempo estaremos haciendo balance de una oportunidad históricamente perdida?». Sin embargo, la respuesta del consejo fue clara: la propuesta fue rechazada.