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Se avecina otra semana importante para el preio del Bitcoin (BTC). De hecho, el próximo viernes se publicará el índice de precios PCE, el indicador de inflación preferido del banco central estadounidense.
Pero, ¿por qué la publicación de ese indicador de inflación hace que esta semana sea crucial para el BTC?
¿Por qué es una semana crucial para el bitcoin?
En primer lugar, porque el bitcoin tuvo un comienzo mediocre en 2025. Durante un tiempo, el año pareció empezar bien con un nuevo máximo histórico para el precio del bitcoin, pero tras la toma de posesión de Donald Trump, las cosas fueron cuesta abajo para la moneda digital.
Esto no solo se debe a la decepción en torno a la Reserva Estratégica de Bitcoin prometida por Trump, para la que aún faltan al menos seis meses y que también es muy incierta. Pero también tiene que ver con el banco central estadounidense.
De repente, se mostró muy firme en diciembre, diciendo que no deberíamos esperar mucho de ellos en cuanto a recortes de los tipos de interés en 2025. Debido al estancamiento de la inflación en Estados Unidos, y a que la economía sigue siendo fuerte y el mercado laboral sólido, el banco central quiere ver primero cifras de inflación más bajas antes de aplicar nuevos recortes de los tipos de interés.
Cifras de inflación brillantes en Estados Unidos
Por si fuera poco, la semana pasada se publicó un índice de precios al consumo (IPC) superior a lo esperado en casi todos los frentes. En otras palabras, no fue lo que esperaba el banco central estadounidense. El único punto positivo fue quizá el índice de precios a la producción (IPP), que arrojó un resultado suave en los componentes que se tienen en cuenta en el cálculo del importantísimo índice de precios PCE del próximo viernes.
Por este motivo, es posible que también obtengamos un índice de precios PCE ligeramente más suave el próximo viernes. Aunque hay pocas probabilidades de que las cifras de inflación sean tan mejores de lo esperado que el banco central de EE.UU. vuelva a anunciar repentinamente recortes de los tipos de interés. Para ello, tendría que haber un avance significativamente mayor de la inflación, o la economía tendría que debilitarse bruscamente de repente.