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Un hombre pensó que tenía una operación de oro a través de una empresa que operaba con criptomonedas. Una gran oportunidad para ganar dinero rápido y además entusiasmó a sus amigos con la idea de invertir. La realidad resultó ser otra, acabó obteniendo sólo 80.000 euros, tiene una deuda fiscal y ha perdido a numerosos amigos. ¿Cómo ha podido ocurrir esto?
Un comienzo prometedor
A través de un amigo, el hombre holandés entró en contacto con L. (39). El hombre, de 39 años, prometía rendimientos de entre el 10% y el 20%. Al hombre le pareció demasiado bueno para ser verdad, ya que había oído antes historias similares de personas estafadas.
El hombre había puesto condiciones, antes de invertir, para saber quién era L, dónde localizarle y dónde vivía. A pesar de ser precavido, empezó con un depósito de 1.000€. Anteriormente había ganado este dinero con criptomonedas como bitcoin (BTC) y ethereum (ETH). L. utilizaba un robot de comercio. La inversión pronto pareció ir bien y el hombre de 39 años envió varias capturas de pantalla del valor. En seis meses, el valor ya ascendía a 3.300€, lo que suponía una rentabilidad del 330%.
Desconfiados y estafados
El estafador ya se había ganado la confianza del hombre y decidió ya ir a lo grande. Así que depositó más de 80.000€ euros y convenció a sus amigos para que invirtieran también. «Vaya, va bien y mi cuenta total vale 168.000€ euros», dice el hombre.
En un momento dado, uno de los inversores quiso retirar dinero. Entonces L. dijo: «No tengo dinero, tienen que esperar más». La paciencia se fue agotando poco a poco y el hombre y sus amigos también quisieron retirar su dinero. ‘No puedo pagarlo’ dijo el acusado. Además, L. seguía enviando capturas de pantalla de su bot de operaciones, que mostraban que los beneficios seguían aumentando.
Todo resultó ser demasiado bueno para ser verdad. Llegó un correo electrónico de un inversor de la empresa de criptomonedas Moneytics en el que se decía que L. era un estafador y que utilizaba falsos bots y cuentas de demostración. A través del correo y sin poder retirar dinero, el hombre había informado a todos los que habían invertido. Indicó que el dinero había desaparecido y que estaba buscando al sospechoso. Esto último ya no era necesario, pues al parecer L. ya había sido detenido por sus prácticas fraudulentas.
Lección aprendida: hay que tener mucho cuidado
Las consecuencias fueron nefastas para el pobre hombre. El dinero había desaparecido, perdió algunos amigos y tiene una deuda fiscal de más de 50.000€ euros. Su familia también sufrió. Por ejemplo, el hombre tiene una hija de 10 años, para la que apenas tenía tiempo. Además, se sentía apurado y tenía la tensión alta.
La justicia sospechaba que L. había gastado el dinero en un criptocasino, pero el hombre pensaba lo contrario. ‘El dinero que posee, hace tiempo que lo trasladó a Dubai’. A pesar de estos acontecimientos, el hombre no dejará de invertir en crypto. Me enseñó a no volver a relacionarme con personas y empresas que ofrecen operar por ti. Tienes que operar tú mismo y tener acceso a tu dinero o no lo hagas».