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El pleito entre la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) y Ripple (XRP) ha supuesto un enorme bloqueo para Ripple durante más de dos años. A pesar de que la propia empresa cree que se ha comportado de manera ejemplar en los últimos años, sigue sin obtener resultados positivos. Por ello, Brad Garlinghouse, CEO de Ripple, se queja de por qué se está tardando tanto. Al mismo tiempo, elogia a otros reguladores de todo el mundo por sus políticas progresistas.
La política de la SEC sobre las cryptos sigue sin estar clara
Se culpa regularmente a la SEC por tener políticas que no son inequívocas para cada criptoempresa, favoreciendo así a determinadas empresas y redes. Por ejemplo, no está claro si el Ethereum (ETH) es actualmente un valor o no.
Al principio se pensó que no era así, pero a finales del año pasado la situación cambió de repente. A día de hoy, sigue sin haber claridad, no ya para XRP, sino también para Ethereum y otros activos. En cualquier caso, la SEC considera que el Bitcoin (BTC) no es un contrato de valores.
Además, la SEC no es el único responsable político estadounidense. A la CFTC, en particular, también le gusta opinar sobre el mercado. Esto provocó una especie de lucha de poder el año pasado, pero la propia SEC seguía queriendo enterrar el hacha de guerra.
El CEO de Ripple elogia a los reguladores de todo el mundo
Pero este tipo de política no se aplica en todo el mundo. Garlinghouse cita como ejemplo a Dubai (Emiratos Árabes Unidos). Aquí se han dado a conocer recientemente nuevas políticas que deberían ser iguales para todas las tecnologías utilizadas. Además de la certidumbre en torno a las criptomonedas y las políticas específicas de blockchain, se ha incluido incluso publicidad para las criptomonedas y la emisión.
Stepping back for a moment from what’s happening in the US – just in the last few weeks, the number of positive (or at least headed in the direction of CLARITY) global regulatory developments is energizing!
— Brad Garlinghouse (@bgarlinghouse) February 9, 2023
Australia quiere proteger a los consumidores sometiendo a los custodios a normas estrictas. Este plan surgió después de que los problemas de la empresa FTX, en quiebra, afectaran a muchos australianos. El Reino Unido quiere evitar que las empresas de criptomonedas no puedan innovar debido a una normativa demasiado estricta, convirtiéndose así en un centro de criptomonedas reconocido a nivel mundial.
Corea del Sur quiere una separación clara entre los tokens que son de hecho valores y los destinados a pagos. Ambos tendrán normas distintas. En definitiva, el alto ejecutivo conoce bastantes países en los que sí se aplica una normativa constructiva. Según Ripple, la SEC podría aprender de ello.