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El banco central estadounidense empezó a subir los tipos de interés en marzo de 2022 para luchar contra la inflación. Todo el mundo predijo entonces una rápida recesión, pero no llegó gracias a la fortaleza del consumidor estadounidense.
Gracias al apoyo masivo del gobierno durante la pandemia, los hogares estadounidenses pudieron acumular enormes ahorros.
Como puede verse en el gráfico siguiente, entretanto ya no es así. ¿Deberíamos preocuparnos por el bitcoin porque el consumidor estadounidense se ha quedado sin dinero?
El consumidor estadounidense se desespera
Parece que, a corto plazo, el consumidor estadounidense va a tener que echar mano del proverbial monedero. En los últimos años, al menos a juzgar por el gráfico anterior, han estado viviendo por encima de sus posibilidades.
Gracias a los botes de ahorro COVID-19, han podido seguir viviendo al mismo ritmo, a pesar de que la inflación, como es natural, ha mermado bastante su poder adquisitivo.
Ahora, sin embargo, el sentimiento del consumidor estadounidense se encuentra en un punto al que sólo se aproximó en los años de crisis de 1974, 1980 y 2008. En aquel entonces, cada vez, resultó en una recesión o algo peor.
¿Deberíamos prepararnos ahora para algo similar?
¿Sufrirá el bitcoin el debilitamiento del consumidor estadounidense?
Queda por ver hasta qué punto el bitcoin sufrirá las consecuencias de la debilidad del consumidor estadounidense. Sólo si se desata una recesión gigantesca podría ser desastroso para el precio del bitcoin a corto plazo, aunque el sentimiento es, por supuesto, fantástico en este momento debido a las entradas masivas en ETFs de bitcoin al contado.
Si estallara una recesión, eso sería lo malo a corto plazo, pero el lado positivo de la historia es que entonces el banco central tendría que intervenir rápidamente.
Si se desata el infierno, es más que probable que lluevan los recortes de los tipos de interés. Eso es malo para el dólar a largo plazo, ya que obliga a los inversores a buscar formas alternativas de escasez en las que esconderse ante una posible nueva oleada de inflación.
Especialmente con el buen rendimiento del bitcoin, la moneda digital puede convertirse en un importante punto final en esa huida hacia la escasez.