Ashok Venkateshwaran, responsable de blockchain y monedas digitales, no ve ningún potencial en las monedas digitales (CBDC). El alto ejecutivo trabaja para la división Asia-Pacífico del líder del mercado de sistemas de pago Mastercard. Según él, el actual sistema de pagos es tan cómodo que implantar una Central Bank Digital Currency no sirve de nada.
Máximo ejecutivo de Mastercard considera innecesaria una moneda nacional digital
Venkateshwaran dijo a la plataforma de noticias CNBC que no ve ninguna razón para una moneda nacional digital. Según él, el problema radica en la adopción: es muy similar al dinero en efectivo. En su opinión, el sistema de pagos actual ya funciona de forma muy eficiente. Gastar tiempo, dinero y esfuerzo en «mejorar» un sistema que ya es muy funcional no tiene razón de ser, según él.
Mientras tanto, 11 países ya han implantado un CBDC. Los 11 forman parte de los 130 países, que representan el 98% del PIB mundial, que están explorando una moneda digital. Esta cifra es considerablemente superior a la de hace tres años, cuando sólo 35 países estudiaban la posibilidad de implantar un CBDC.
La propia Mastercard está trabajando con varias grandes empresas de criptomonedas, como Ripple, para explorar las CBDC. De este modo, la empresa no se queda al margen de esta industria aún joven y en crecimiento. Recientemente, Mastercard completó un piloto en Hong Kong para implantar una CBDC. Según la empresa, el piloto ha sido una buena fuente para aprender más sobre la usabilidad de una moneda digital.
La moneda digital del Banco Central elimina a los bancos del sistema de pagos
Una CBDC, en pocas palabras, es una digitalización del dinero en efectivo. Actualmente, la gente también paga con dinero digital, pero éste se guarda en una cuenta bancaria de un banco privado. Ese dinero, por su parte, lo imprime a su vez un banco central, que actúa como vigilante del dinero nacional.
Con un CBDC, el banco central asumiría el papel de intermediario. Los particulares y las entidades mantendrían sus saldos de CBDC digitalmente en el banco central. El banco central tendría así más control sobre el dinero en circulación, mientras que los pagos seguirían siendo anónimos. Es un sistema que imita el efectivo: dinero que no se guarda en un banco privado y que puede gastarse de forma anónima.