Foto: Shutterstock/Marc Bruxelle
Los poseedores de Bitcoin (BTC) siguen manteniendo firmemente sus BTC Y continúan acumulándolos. Así lo afirma la plataforma de análisis de blockchain Glassnode en una actualización reciente. Aunque esto podría ser un posible presagio de un mercado alcista, Glassnode sostiene que el mercado alcista real puede tardar en llegar.
Los mercados de Bitcoin cada vez más apáticos
En la actualización, el investigador UkuriaOC escribe que la liquidez en los mercados es cada vez más escasa. Esto sería un signo de «apatía entre los inversores». El investigador añade:
«Los periodos de calma como éste son poco frecuentes. La mayoría suelen ocurrir durante el periodo de resaca apática que sigue a un mercado bajista».
Esto no es sorprendente, dado que los últimos tiempos han estado dominados por las noticias negativas. Por ejemplo, en las noticias de criptomonedas se ha denunciado recientemente a Binance en Estados Unidos y se ha retirado de varios países.
Los wallets de bitcoin ilíquidos siguen comprando
Glassnode señala además que son principalmente las denominadas carteras bitcoin ilíquidas las que se están acumulando en este momento. Los monederos bitcoin ilíquidos son entidades que han gastado poco o nada de dinero en el pasado. Por tanto, compran bitcoin y luego lo conservan.
De hecho, el saldo de estas carteras ilíquidas alcanzó la cifra récord de 15,2 millones de BTC. Curiosamente, los saldos de los exchanges cayeron bruscamente, hasta el nivel más bajo desde enero de 2018.
La compra de Bitcoin por parte de los hodlers suele producirse en momentos de poca acción. Glassnode señala que si observamos tales periodos en el pasado, a menudo pueden durar hasta casi 3 años.
Y basándonos en esa retrospectiva, «podemos ver que este régimen de acumulación constante y gradual empezó hace poco más de 2 años y sugiere que aún quedan de 6 a 12 meses por delante.»
En definitiva, parece que la paciencia de los inversores en bitcoin seguirá siendo puesta a prueba, si la historia sirve de indicación. Sin embargo, según Glassnode, sigue habiendo «una corriente subterránea de demanda, a pesar de los vientos en contra que últimamente soplan desde la esquina de la ley y los reguladores».