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Un informe de Chainalysis afirma que los hackers norcoreanos robaron significativamente menos criptomonedas en 2023 en comparación con años anteriores. El estudio indica un notable descenso del 50% en los activos digitales robados, lo que supone un avance positivo a la luz de las continuas preocupaciones sobre la delincuencia crypto.
Gran caída de las criptomonedas
Según el informe, los grupos de hackers vinculados a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) cometieron menos criptodelitos en 2023 que en años anteriores. Chainalysis, una empresa de análisis de blockchain, revela que los hackers norcoreanos capturaron hasta $1.700 millones en 15 incidentes de piratería informática en 2022.
En 2023, Chainalysis estima que los grupos de hackers robaron criptomonedas por valor de unos $1.000 millones. Los norcoreanos no lo hicieron en 15, sino en 20 incidentes de pirateo. Esto demuestra que, a pesar de un mayor número de exploits, los hackers no pudieron superar el valor de sus ganancias ilícitas en comparación con el año anterior.
Estas conclusiones se basan en un análisis exhaustivo de la actividad de la cadena de bloques y los datos de las transacciones. Los datos apuntan a una tendencia convincente en la que, siendo 2023 un buen ejemplo, las crypto transacciones ilegales están disminuyendo.
La crypto seguridad es un proceso en constante evolución
La vicepresidenta de investigación de Chainalysis, Erin Plante, espera que los hackeos relacionados con Corea del Norte sean cada vez más sofisticados y diversos. Plante explica que los piratas informáticos centrarán ahora sus actividades más en los servicios y wallets centralizadas. Esto se debe a que los monederos financieros descentralizados (DeFi), donde los piratas informáticos se llevaron el mayor botín, están tomando cada vez mejores medidas de seguridad.
Según Plante, los objetivos más fáciles son el phishing y las estafas en las redes sociales. El ejecutivo describe estos ataques como «viejas» tácticas de pirateo informático que pueden prevenirse sencillamente mediante la educación y la concienciación de los empleados.
«Las prácticas generales de seguridad son una base importante para una sólida estrategia de ciberseguridad, y las organizaciones deben asegurarse de que todos los empleados estén atentos y conozcan los aspectos técnicos de la ciberdefensa», explica Plante.
Plante añade que los piratas informáticos pueden necesitar más tiempo en una red para preparar un ataque. Esto pondría de manifiesto la necesidad de mejorar la vigilancia de las redes y la seguridad.
En cualquier caso, la vicepresidenta espera que los piratas informáticos norcoreanos sigan existiendo. Al fin y al cabo, según ella, siempre hay nuevas alternativas para robar activos.
«Su capacidad para evolucionar rápidamente, mientras se les cierran puertas, sigue haciendo de ellos un adversario avanzado», concluye Plante.