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El mercado alcista de las criptomonedas de los últimos años ha atraído a una gran cantidad de nuevos inversores. El mercado ha crecido tanto que ahora el sector podría suponer un riesgo para el sistema financiero tradicional si no se regula adecuadamente, y el 2022 fue la prueba de ello. El gobierno estadounidense quiere asegurarse de que los problemas no se le escapen de las manos en el futuro.
Regulación insuficiente del Bitcoin y las criptomonedas
En un comunicado de prensa, el Gobierno de EE. UU. afirma que el sector de las criptomonedas no cumple suficientemente la normativa vigente. Las empresas de criptomonedas incumplen muchas de las normas que se aplican al sector financiero tradicional, lo que, según la administración Biden, provocó el colapso de tantas empresas de criptomonedas el año pasado.
Por ejemplo, se dice que las empresas tienen una ciberseguridad deficiente. El año pasado fue un año récord en cuanto a beneficios de los piratas informáticos. Se dice incluso que estos ataques informáticos han ayudado a financiar el programa de armas nucleares de Corea del Norte.
Asimismo, se cuestiona el funcionamiento de las empresas del sector de las criptomonedas. El año pasado, por ejemplo, varias empresas de criptomonedas afirmaron que los depósitos están asegurados por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), una agencia independiente al Estado americano que protege a los depositantes en caso de quiebra bancaria. La administración Biden insiste en que esto no es cierto. Por eso también se obligó a estas empresas a dejar de reclamar esto el año pasado.
Las empresas también deben separar mejor las criptomonedas de los clientes del resto de sus activos. En 2022, muchas personas perdieron dinero porque empresas como BlockFi, Celsius y FTX aún no estaban obligadas mediante ley a asegurar los depósitos.
Normas más estrictas para las criptomonedas
Pero mientras esto sucede, la administración Biden se da una palmadita en la espalda a sí misma. Dice haber avanzado mucho en materia de normativa de forma paralela. Por ejemplo, desde el mes pasado hace hincapié en ofrecer directrices más claras.
El Parlamento estadounidense también debe tomar más medidas para evitar problemas en el sector. Los responsables políticos tendrán más competencias para evitar conflictos de intereses. En este sentido, FTX puede considerarse un ejemplo de cómo no hacer las cosas. Este Exchange de criptomonedas funcionaba tanto como creador de mercado como empresa que operaba por sí misma, algo que, por seguridad, no debería permitirse así como así.
Lo que llama la atención es el plan para mantener los activos digitales precisamente separados del resto del sistema financiero. Esto debería evitar que las instituciones financieras normales también se vean “infectadas” si quiebran más empresas de criptomonedas.
Además, se mencionan las stablecoins. Éstas monedas estables deberían estar mejor reguladas y contar con mejores garantías para que no pierdan simplemente su vínculo con, por ejemplo, el dólar. Las instituciones deberían limitar su exposición al sector de las criptomonedas. La palabra “riesgo” se menciona no menos de 14 veces. Es de suponer que el año que viene empezaremos a tener noticias sobre el tipo de normativas que van a llegar.