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Después de que el Parlamento Europeo aprobara la semana pasada la criptoley MiCa, también el Reino Unido parece querer aportar pronto claridad legislativa. El organismo de control financiero del Reino Unido, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), afirma que quiere colaborar con las empresas de criptomonedas.
La FCA británica quiere cooperar con el sector de las criptomonedas
El martes, la presidenta de la FCA, Sarah Pritchard, indicó que el regulador necesita el aporte de las criptoempresas en el desarrollo de nuevas regulaciones de cripto para el Reino Unido.
«Queremos la aportación del sector para asegurarnos de que el futuro régimen legislativo para los criptoactivos funcione bien. Trabajemos juntos para establecer las normas y reglamentos que ayuden a los mercados, los consumidores y las empresas a medida que el cripto hace la transición de nicho a corriente principal.»
dice Pritchard. Mientras que los reguladores de Estados Unidos parecen querer hundir el sector de las criptomonedas, la FCA es mucho más optimista.
«Los criptoactivos y la [tecnología] blockchain ofrecen oportunidades para servicios y productos financieros más eficientes e innovadores.»
Europa avanza a pasos gigantes
Como se ha mencionado, el Parlamento Europeo ya aprobó la cripto ley MiCa la semana pasada, dando un gran paso hacia un marco legislativo claro para el cripto sector europeo. La Unión Europea recibió elogios del Reino Unido por este importante hito. Además, un legislador británico ya ha indicado que la ley MiCa podría utilizarse como modelo para la ley británica sobre criptomonedas.
Sorprendentemente, la UE ha instado a otras jurisdicciones a seguir sus pasos, utilizando MiCa como ejemplo. El objetivo es crear una «defensa global». En un debate celebrado el 19 de abril, miembros del Parlamento Europeo opinaron que la ley MiCa pondrá fin al «salvaje oeste» que es actualmente el sector de las criptomonedas, según ellos. También restaurará la confianza que el sector de las criptomonedas perdió tras la caída de la criptobolsa FTX.
En definitiva, el desarrollo de las criptomonedas en el continente europeo puede contemplarse con cauteloso optimismo. Donde antes la regulación se consideraba indeseable para el sector de las criptomonedas, ahora puede no parecer tan mala. La situación en Estados Unidos muestra cómo la alternativa, una batalla entre reguladores e industria, puede tener consecuencias desastrosas.