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A principios del año pasado, el director general de la Fundación Red EOS, Yves La Rose, anunció que iba a emprender nuevas acciones legales contra Block.one (B1). Esta empresa había prometido invertir en el ecosistema EOS, pero nunca lo hizo. El alto ejecutivo considera que los inversores en EOS sufrirán por ello, y está animando a los titulares a demandar a Block.one.
La Fundación EOS pide una demanda
La Rose escribe esto en una carta abierta a los inversores. Block.one había prometido durante la Oferta Inicial de Monedas (ICO) de EOS y posteriormente poner $1.000 millones en el ecosistema. Pero desde entonces, solo ha dedicado un esfuerzo mínimo a la red. La Rose cree que B1 nunca tuvo ni tiene esa intención.
Como resultado, se dice que la red EOS está infracapitalizada, y su desarrollo se ha visto gravemente obstaculizado. Mientras tanto, los inversores pusieron su dinero en EOS suponiendo que Block.one invertiría $1.000 millones en su desarrollo. El año pasado, la Fundación de la Red EOS reclamó $4.100 millones por daños y perjuicios por este motivo.
Si hay suficiente animadversión por parte de los titulares de EOS y especialmente de los validadores (“productores de bloques”), una demanda colectiva contra Block.one podría ser fructífera, según La Rose. Además, los validadores podrían plantearse una bifurcación dura a la que Block.one no podría unirse. En ese caso, los tokens de Block.one dejarían de formar parte de la nueva red.
No es la primera demanda relacionada con EOS y Block.one
La situación es muy similar a un pleito que comenzó en 2020, cuando un fondo de inversión demandó a un inversor particular de Block.one porque la ICO era, de hecho, una venta de valores no registrada. Este litigio acabó inicialmente en un acuerdo de $27,5 millones, pero el juez federal volvió a retirar el acuerdo. Sería absurdo tratar una criptomoneda disponible internacionalmente como un valor en territorio estadounidense.