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El Banco Central Europeo, como muchos otros bancos centrales, está trabajando actualmente en la llamada moneda digital del banco central (CBDC). Se trata de una especie de stablecoin vinculada a la moneda nacional, por lo que en Europa es un euro digital.
El pasado lunes circuló la noticia de que se pospondría la presentación de una primera versión preliminar. Esto se debe a que parece haber mucho desacuerdo sobre el proyecto de ley. Sin embargo, la presentación seguirá adelante, según muestran los nuevos detalles. Pero el euro digital no parece escapar a la polémica.
El proyecto de ley en torno al CBDC llegará pronto después de todo
Una fuente de CoinDesk declaró el pasado lunes que la presentación del plan, prevista para el 28 de junio, había sido descartada. Se desconocía el motivo, y tampoco estaba claro hasta cuándo se había retrasado el proyecto de ley.
Ahora, Mairead McGuinness, la comisaria europea encargada de los aspectos políticos del proyecto, ha explicado a CoinDesk que el plan se desvelará simplemente el 28 de junio. Al mismo tiempo, McGuinness tiene previsto presentar un segundo proyecto de ley que aborde el «estatus legal del dinero en efectivo». Aún no está claro qué implica esto exactamente.
A los críticos les preocupa que el Banco Central Europeo (BCE) pueda abusar del euro digital, por lo que los defensores de los derechos humanos han decidido trazar un mapa de cómo los gobiernos y los bancos centrales manejan sus nuevos juguetes. El BCE deberá emitir finalmente el CBDC.
Los ministros de la UE no están convencidos sobre los CBDC
Sin embargo, también hay mucha división en el Parlamento Europeo, según un nuevo informe de CoinDesk. El proyecto de ley sobre el euro digital trataría sobre la privacidad, el uso fuera de línea y la distribución, y en él principalmente sobre para qué no debe utilizarse el proyecto.
Entre otras cosas, se prohibiría a la gente dejar cantidades demasiado grandes de dinero en esas cuentas CBDC. Tampoco se trataría de rentas vitalicias a través de la propia CBDC – presumiblemente para eso solo tendrá que acudir a su banco, que seguirá pudiendo usarla para depositar la moneda digital, aunque en formato digital.
Los políticos se quejan de la falta de aspectos positivos evidentes del euro digital. Les preocupa que sea un proyecto a lo «Gran Hermano», una invasión de la intimidad. Además, no sería más que una copia del sistema de pagos existente. Al fin y al cabo, la mayor parte de la economía europea ya es digital.
Otros políticos piensan que la confusión está siendo agitada deliberadamente por los bancos, que temerían perder influencia. Pero también hay optimistas. Por ejemplo, podría aportar más privacidad, algo que el propio BCE ha afirmado. También podría ser beneficioso para la inclusión financiera en Europa.