Gilbert Armenta, antiguo amante de Ruja Ignatova, irá a prisión durante un periodo de cinco años como consecuencia de su participación en OneCoin. Ruja Ignatova, que se hacía llamar la «Cripto Reina», era la propietaria de la empresa que estaba detrás de OneCoin. Al final, resultó que la moneda era una estafa piramidal en la que los inversores invirtieron más de $4.000 millones .
Competidor de Bitcoin
En 2016, OneCoin todavía era vista por algunas personas del sector como un serio competidor del bitcoin (BTC). Tras descubrirse que OneCoin era una estafa piramidal, por supuesto se abandonó inmediatamente esa idea. «Dentro de dos años ya nadie hablará del bitcoin», gritó la CriptoReina en junio de 2016.
Lo llamativo del caso de Ignatova, la Criptoreina, es que sigue siendo una fugitiva en el momento de escribir estas líneas. A pesar de que el FBI lleva casi seis años tras la búlgara, está por ver si las autoridades conseguirán atraparla algún día y si sigue viva.
Cinco años de cárcel
Si damos crédito a los informes de Bloomberg Law, Armenta se enfrentará a una pena de cinco años de prisión por blanquear $300 millones de beneficios procedentes de la operación OneCoin. El ex-amante de Ruja Ignatova, de 59 años, podría ser condenado a siete años de prisión, pero al final tiene que refunfuñar cinco años.
CRYPTO FRAUD, CASE OF THE LUCKY COOPERATOR: On #OneCoin Armenta, US Asked Downward to 7 Years- Now 5 Years Imposed, Bank Fraud & ID Theft not charged – Inner City Press story: https://t.co/EJ8TNIwkkO More analysis at bottom of @SubstackInc https://t.co/BpHzvknTOS
— Inner City Press (@innercitypress) February 16, 2023
La única razón por la que Armenta tiene que pasar «sólo» cinco años en prisión es el hecho de que ya se declaró culpable en 2018 de blanqueo de capitales, explotación y fraude. Tras blanquear los $300 millones, Armenta habría realizado numerosas compras caras, según el periodista de investigación Matthew Lee.
Entre esas compras se encontraba un jet privado, que posteriormente vendió. Además, presuntamente sobornó a las autoridades mexicanas con el capital de OneCoin y, como en el escándalo FTX, se jugó los activos de los clientes.