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Se ha presentado una demanda colectiva en Estados Unidos por valor de más de $1.000 millones de dólares contra varios criptoinfluencers. Se les acusa de promocionar valores no registrados entre sus seguidores, al tiempo que promocionaban el exchange caído FTX. En este artículo, analizamos qué está ocurriendo exactamente.
Los influencers demandados en un juicio de $1.000 millones de dólares
Los inversores que hicieron negocios con la plataforma de criptomonedas en quiebra FTX han presentado una demanda colectiva por valor de más de $1.000 millones de dólares contra varios criptoinfluencers, entre ellos el BitBoy Ben Armstrong y el YouTuber Graham Stephan. La demanda alega que estos creadores de contenidos promocionaron a sus seguidores valores (o títulos) no registrados, promocionando el exchange en quiebra.
Estos valores no registrados se referían a cuentas de intereses (Staking-as-a-Service) ofrecidas por FTX. Los influencers recibieron pagos por promocionar FTX. Según la demanda, son responsables de los daños resultantes de tergiversaciones y omisiones relacionadas con la plataforma FTX. La demanda alega que YouTube desempeñó un papel central en la forma en que los influencers promocionaron FTX.
Múltiples demandas contra FTX fusionadas
La demanda colectiva es una amalgama de otras demandas interpuestas contra el fundador y ex-CEO de FTX, Sam Bankman-Fried, varias personas influyentes de FTX y famosos embajadores de la marca, como Tom Brady, Gisele Bundchen y Larry David.
FTX se derrumbó en noviembre del año pasado, después de que una fuerte caída de su propio token FTT desencadenara una corrida en la bolsa. Más tarde, Bankman-Fried fue detenido y acusado de delitos financieros, mientras que personas con información privilegiada sobre FTX, como Caroline Ellison y Gary Wang, se han declarado culpables de delitos relacionados con el colapso de FTX.
Esta demanda colectiva es uno de los muchos ejemplos de la creciente atención que se presta al papel de las personas influyentes en la promoción de productos e inversiones financieras, y pone de relieve la responsabilidad que tienen por los productos que promocionan. También ilustra los riesgos que entraña invertir en valores no registrados y la importancia de investigar suficientemente antes de decidir invertir.