El bote de Mike Pleviers con acciones no le dio placer
Foto: Kiselev Andrey Valerevich
Cuando empiezas a invertir en criptomonedas y te va bien, te sientes genial. Ves crecer tus beneficios y parece que te ha tocado el gordo. Pero esa euforia también puede hacer que quieras más y más. Te preguntas:
«¿No podría haber obtenido más beneficios si hubiera invertido más? ¿O si hubiera entrado antes?».
Estos pensamientos pueden mantenerte bastante ocupado y a veces incluso hacerte sentir inseguro sobre las decisiones que has tomado.
Ansiar el éxito: ¿ventaja o trampa?
El éxito sabe a más, y eso es muy humano. Pero también puede ser una trampa. No quiere perder una oportunidad y puede verse tentado a asumir más riesgos con la esperanza de obtener aún más beneficios. Este sentimiento, a menudo descrito como FOMO (Fear of Missing Out), a veces puede volverle loco. En lugar de estar contento con lo que has conseguido, empiezas a dudar de si es suficiente.
Un ejemplo que lo demuestra bien es la historia de Mike Plevier. Siendo un estudiante de 18 años, decidió invertir sus gastos de matrícula de préstamo. Su inversión resultó ser un éxito: ganó una cantidad con la que la mayoría de los estudiantes sólo pueden soñar. Ese dinero le hizo la vida mucho más fácil, pero, extrañamente, Mike no se sentía feliz. Sobre todo, se sentía decepcionado.
Mike estaba deprimido por su suerte
Mike no dejaba de pensar en lo que podría haber sido. ¿Y si hubiera invertido más dinero? ¿Y si hubiera atacado antes? Ese pensamiento le carcomía. Los que le rodeaban no lo entendían.
«Ganar tanto, es fantástico, ¿no? ¿Por qué no estás contento?».
Pero para Mike, era como si hubiera perdido una gran oportunidad, y esa decepción le llevó incluso a sentirse deprimido.
Recompensarse y mantener la calma
La historia de Mike muestra lo rápido que uno puede perderse en el deseo de más. Quizá nos tipifique como humanos: nunca es suficiente. Pero a la hora de invertir, es importante recordar que fantasear con lo que podría haber sido no ayuda a seguir adelante. Mike empezó a invertir de forma aún más agresiva, tratando de ganar el dinero que de todos modos había «perdido». Pero sólo consiguió más pérdidas.
Invertir con inteligencia significa estar satisfecho con lo que se ha conseguido, protegerse de los riesgos y aprender a confiar en las decisiones. A veces, obtener un pequeño beneficio es mejor que perseguir siempre más. Además, es importante recompensarse por los logros. ¿Has ganado mucho dinero con una buena inversión? Paga una parte y date un capricho (y dáselo a alguien).