Los grandes bancos vieron cómo una viuda perdía todo su dinero
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En Estados Unidos, el fraude a las personas mayores aumenta rápidamente, ya que los delincuentes tienen en el punto de mira los ingentes activos que posee esta población. La historia de Annette Manes ilustra los riesgos. Esta mujer de 83 años fue víctima de un fraude en el que perdió $1,4 millones de dólares a manos de estafadores. Es un caso que también puede ser bueno que recuerden los españoles.
Los bancos se enfrentan al reto de cómo responder cuando los clientes de edad avanzada retiran o transfieren repentinamente grandes sumas de dinero. Deben estar alerta, ya que podría indicar un posible fraude.
Las grandes retiradas de efectivo marcan el comienzo de una pesadilla
Todo empezó de forma relativamente inocente cuando Annette intentó retirar una gran suma de $39.000 en billetes de $100 dólares. Afortunadamente, falló en el primer intento. Pero al final salió mal. En los días siguientes, retiró un total de $169.000 de su cuenta bancaria. Desgraciadamente para ella, eso fue sólo el principio de una extensa estafa.
Su hijo Peter fue informado nueve meses después. En aquel momento, sin sospecharlo, estaba trabajando en Singapur en una conferencia médica. Peter es, de hecho, médico en la Universidad de Yale. Mientras se dirigía a su habitación de hotel después de cenar, vio cómo le llegaban los informes. El centro asistencial le informó del alcance del fraude.
El creciente problema de la explotación financiera de las personas mayores plantea un dilema a los bancos: ¿cómo deben reaccionar cuando los clientes retiran o transfieren repentinamente sumas de dinero notablemente elevadas?
Esto podría ser, por supuesto, una señal de fraude. Aunque los bancos cuentan con medidas de seguridad, este ejemplo demuestra que no siempre son suficientes para proteger a las personas mayores vulnerables.
Pérdida millonaria para una pensionista de 85 años
Los estafadores no sólo se habían quedado con todos los ahorros de la madre de Peter, sino que también habían puesto montones de deudas a su nombre. Esto dejó a Annette con elevadas deudas de tarjetas de crédito y deudas fiscales.
Y eso, por supuesto, es terrible ya que la anciana ahorró todo por su cuenta. Como criar a su hijo Peter. Los delincuentes que le causaron esta desgracia se hicieron pasar por empleados del departamento de fraudes del banco JPMorgan. También decían ser de la policía estadounidense.
Los estafadores le dijeron que les entregara todos sus bienes lo antes posible «por la seguridad de su patrimonio». Los estafadores convencieron a Annette de que tenía que hacerse pasar por víctima para atrapar a los ex-empleados. Una vez concluida la operación, le devolverían el dinero. En resumen, era un plan muy elaborado.
Ni que decir tiene que no recuperó su dinero. ¿El daño? Su pensión de $1,4 millones de dólares ahorrados con esfuerzo. La Sra. Manes tiene ahora 85 años y ya no dispone del dinero de su pensión.