Un contable de intentó ahorrarse un extra
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La contabilidad de una empresa es una parte esencial de sus operaciones. Si la contabilidad no está en orden, puede tener consecuencias importantes para el futuro de la empresa. Por ello, los empresarios suelen tener una gran confianza en los contables que nombran. En algunos casos, sin embargo, esta confianza resulta desgraciadamente infundada.
1,9 millones de euros robados por un contable
El constructor de yates Hakvoort, desgraciadamente tiene experiencia en este ámbito. De hecho, uno de los contables de la empresa, que llevaba 40 años trabajando en ella, robó dinero de la empresa. En aquel momento, el hombre llevaba unos seis años jubilado cuando se hicieron los primeros pagos sospechosos.
En total, el contable necesitó 68 pagos para malversar 1,9 millones de euros de su empresa. Los pagos, que rondaban los 28.000 euros de media, se enviaron a una empresa de construcción pequeña y desconocida. Las transacciones se archivaban en el balance bajo el epígrafe «proyectos en curso», haciendo creer que los pagos se efectuaban por servicios prestados al constructor de yates.
El contable consiguió mantener bien oculto su fraude, como Hakvoort sólo descubrió después de que el hombre se jubilara. De hecho, su sustituto indagó en los registros y no pudo rastrear los pagos hasta los productos y servicios recibidos.
La constructora debe pagar 600.000€, el contable 1,3 millones de euros
Las cosas se precipitaron entonces y quedó claro que los pagos a la pequeña empresa constructora eran por reformas de lujo en la casa de campo residencial del contable. Por si fuera poco, también se descubrió que se habían realizado pagos por obras en casas de familiares del contable.
El constructor de yates tomó medidas inmediatas y llevó a los tribunales al antiguo contable y a la empresa constructora. Durante la vista, la constructora intentó explicar su negligencia. Los pagos les parecían lógicos, ya que pensaban que el contable estaba implicado en una supuesta adquisición de acciones. Sin embargo, el tribunal no les dio la razón y dictaminó que deberían haber tenido más cuidado. Las vagas descripciones de las facturas y los pagos deberían haber sido motivo suficiente para hacer más preguntas.
Al final, el tribunal decidió que la empresa constructora debía devolver 600.000 euros. Los 1,3 millones de euros restantes los ha devuelto el propio contable. Lo hizo vendiendo propiedades. Aunque el constructor de yates puede haber recuperado gran parte del capital perdido, los daños siguen siendo cuantiosos. Por lo tanto, cabe preguntarse si la empresa ha implantado ahora una estricta política de supervisión de su administración para evitar sucesos similares en el futuro.