La industria de la minería de Bitcoin no es tan contaminante como se suele creer y, además, está a la vanguardia de la sostenibilidad. Pero esto no significa que todo sea positivo. Un interesante reportaje de Time profundiza en la realidad que rodea a la minería de Bitcoin (BTC), y cómo es para las personas que viven alrededor de las empresas mineras de Bitcoin.
Los mineros de criptomonedas causan grandes molestias
En Granbury, Texas, se instaló el año pasado una operación de minería de Bitcoin en una central eléctrica. Para los residentes locales, es un infierno. La contaminación acústica de la explotación minera es un enorme problema para los residentes de la pequeña ciudad.
«Es como estar en la pista de despegue de un aeropuerto. Ni siquiera puedes escuchar a alguien que está a tres metros de ti». dice Cheryl Shadden, una residente de Granbury que se desvela todas las noches por la contaminación acústica de la explotación minera.
La gente también se queja de migrañas y los animales parecen haber huido de la zona desde la llegada de la explotación minera. «Mis ciudadanos están sufriendo», afirma un funcionario del condado de Hood.
La planta minera de Granbury es propiedad de Marathon Digital Holdings, uno de los mayores mineros de Bitcoin de Estados Unidos. La planta de la localidad explota 300 megavatios de rigs de minería y el ensordecedor ruido lo provocan los gigantescos ventiladores que mantienen refrigerados los equipos.
Aunque Marathon ha hecho caso a las quejas y ha instalado una barrera acústica de ocho metros de altura, parece tener poco efecto. Algunos creen que este muro no ha hecho más que amplificar el ruido.
El minero de bitcoin responde a las quejas
Que Marathon se beneficia de la operación de Granbury está claro, pero los residentes de la ciudad se preguntan cuáles son los beneficios para el propio condado. Hasta ahora, la instalación sólo genera miseria y graves quejas médicas.
Marathon ha indicado que tomará nuevas medidas para contrarrestar las molestias.
«Marathon valora la relación con las comunidades donde vivimos y trabajamos, y agradecemos la información que nuestros vecinos nos han facilitado en las últimas semanas. Actualmente estamos recopilando datos. Si hay algún problema que podamos solucionar, haremos todo lo posible».
Como se ha mencionado, la industria minera de Bitcoin es cada vez más sostenible. Pero eso no quita que la interfaz entre la industria y las comunidades en las que operan sea irregular. Cuestiones como la de Granbury deben abordarse si la industria minera de Bitcoin quiere mantener un estatus respetuoso.