La minera BTC recibe buenas noticias del juez
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Un juez de Nueva York ha dictaminado que Greenidge Generation, una mina de Bitcoin situada en la región de Finger Lakes, puede seguir funcionando. La decisión se produce a pesar de los intentos previos del Estado de cerrar la mina por preocupaciones sobre el impacto climático. Según Greenidge, la sentencia es una victoria contra una oposición «políticamente motivada» y proporciona seguridad a sus trabajadores. Un interesante artículo desglosa el curso del proceso judicial.
Denegación de la licencia minera a BTC tras una batalla legal
En los últimos años, Greenidge Generation se ha enfrentado a numerosas críticas de organizaciones ecologistas. La instalación extrae Bitcoin (BTC) a gran escala y esto consume una enorme cantidad de energía. Esta energía se genera a través de una antigua central eléctrica de carbón que cambió a gas natural en 2017.
En 2020, el Departamento de Conservación Medioambiental (DEC) se negó a renovar un permiso crucial de calidad del aire. Según el DEC, las emisiones de Greenidge pondrían en peligro los ambiciosos objetivos climáticos de la ciudad. La instalación consumiría principalmente energía para sus propias operaciones mineras, mientras que en un principio se pretendía que contribuyera al suministro eléctrico del Estado.
En la demanda, sin embargo, el juez Vincent Dinolfo argumentó que la DEC no había dado a Greenidge una oportunidad justa de defenderse. Según el juez, la sentencia anterior fue «arbitraria y caprichosa», y hubo un error de interpretación que permitió a Greenidge continuar sus operaciones.
Los ecologistas siguen oponiéndose a la explotación minera de BTC
A pesar de esta victoria legal de Greenidge, organizaciones ecologistas como Earthjustice siguen luchando ferozmente contra las operaciones de la mina. Acusan a la instalación de emitir millones de kilogramos de dióxido de carbono al año. También se quejan del agua caliente de refrigeración vertida al cercano lago Séneca. Esta agua caliente es perjudicial para el ecosistema local. Mandy DeRoche, una de las abogadas de Earthjustice, informó de que la comunidad de Finger Lakes lleva años advirtiendo de los daños causados por la mina de bitcóin. También explica que Earthjustice no dejará de luchar por el cierre de la mina.
Sin embargo, Greenidge sostiene que su explotación se ajusta plenamente a todos los permisos y que son 100% neutros en emisiones de carbono gracias a las compensaciones. Por ejemplo, invierten en silvicultura y en proyectos que reducen las emisiones de metano. Según Greenidge, la mina también proporciona puestos de trabajo y beneficios económicos a la comunidad local.
La crypto industria sigue bajo presión
Esta sentencia puede servir de precedente para otros mineros de Bitcoin en Estados Unidos, que también se enfrentan a normativas medioambientales más estrictas. El caso muestra cómo el crecimiento del sector de las criptomonedas choca con los esfuerzos de los gobiernos por combatir el cambio climático. A medida que la industria de las criptomonedas siga expandiéndose, los grupos ecologistas seguirán presionando para que se establezcan controles más estrictos. Está claro que el debate sobre el equilibrio entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente dista mucho de haber concluido.
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