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Lo más probable es que la unión entre el Bitcoin (BTC) y El Salvador siga fuerte por el momento. Si Nayib Bukele, ex-presidente y también gran partidario del Bitcoin, gana las elecciones del domingo, el gobierno salvadoreño continuará con sus planes con BTC. Buenas noticias para los fanáticos de Bitcoin: hay muchas posibilidades de que Bukele vuelva a dirigir el país centroamericano a partir de junio.
El plan Bitcoin de El Salvador
El Salvador hizo historia en 2021 al convertirse en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal. Bukele, quien asumió la presidencia del país el 1 de junio de 2019, lideraba en su momento por adoptar la criptomoneda más grande del mundo.
A principios de diciembre, Bukele se bajó del trono para centrarse plenamente en su campaña de reelección. La presidenta interina Claudia Rodríguez de Guevara asumió el cargo (temporalmente).
El vicepresidente de Bukele, Félix Ulloa, ha tranquilizado a los aficionados del Bitcoin. De hecho, según Reuters, indicó el pasado miércoles que el bitcoin seguirá siendo una moneda de curso legal pase lo que pase durante el segundo mandato de Bukele.
La declaración se produce después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidiera anteriormente a El Salvador que reconsiderara la medida durante las negociaciones para un préstamo de mil millones de dólares.
Ulloa indicó además que la reciente introducción de fondos cotizados al contado (ETF) para bitcoin en las bolsas estadounidenses no ha hecho sino reforzar su determinación.
El defensor del BTC tiene muchas posibilidades
La victoria parece casi segura para Bukele. Un estudio realizado en enero por la Central American University (UCA) da a Bukele un 82% de intención de voto, un 78% más que su rival más cercano.
Bukele goza de gran popularidad gracias a su feroz lucha contra la violencia de las bandas, que durante mucho tiempo han estado vinculadas a El Salvador.
El ex-presidente está centrando su campaña de reelección en sus políticas de seguridad, que son muy populares y que, según el presidente, han transformado El Salvador de la «capital mundial del asesinato» al «país más seguro de América Latina».