Cada vez son más los gobiernos que trabajan en la elaboración de normas constructivas para el sector crypto, pero en Estados Unidos todo requiere mucho más esfuerzo que en otros países. Aun así, la industria de las criptomonedas en el país no se queda quieta y ha recibido presiones a gran escala por parte del estricto gobierno. Se dice que para 2023 los grupos de interés habrán gastado una cantidad récord.
Los grupos de presión de las criptomonedas, muy activos en 2023
Eso es lo que escribe Reuters basándose en datos de la organización de investigación OpenSecrets, que examina específicamente lo que gastan los grupos de presión en todo tipo de sectores. Se estima que las empresas de criptomonedas gastaron la friolera de $18,96 millones en los tres primeros trimestres de 2023. En el mismo periodo de 2022, la cifra seguía siendo de $16,1 millones.
El récord es llamativo, aunque este año FTX no estuvo presente para representar la mayor parte de los gastos. Este exchange de criptomonedas quebró a finales del año pasado y se encontraba entre los 10 mayores grupos de presión del sector de las criptomonedas en Estados Unidos. Así que este año FTX no habrá tenido dinero para hacer lobby, aunque sí ha tenido que gastar enormes sumas en abogados.
Coinbase (símbolo de bolsa: COIN) fue la que más gastó, con $6,16 millones, seguida del propietario de Crypto.com, Foris DAX, la Blockchain Association y Binance. Irónicamente, por definición, la Asociación Blockchain ya es un grupo de presión.
Las empresas estadounidenses de criptomonedas en apuros
El cabildeo también parece ser una necesidad, ya que muchas empresas estadounidenses han sido objeto de críticas por parte del gobierno. Coinbase, por ejemplo, está inmersa en algunos pleitos contra la SEC, al igual que Binance y muchas otras empresas del sector. Por ahora, la situación con Binance parece haber terminado con un gran berrinche, que le costó a la empresa miles de millones.
Aun así, la situación en general todavía no se ha resuelto. El CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, llamó a principios de año dictador al jefe de la SEC, Gary Gensler, por regular supuestamente el sector de forma incomprensible.