Foto: Shutterstock/Marc Bruxelle
Aunque esta semana debería ser más tranquila que la anterior, todavía tenemos programados algunos eventos macroeconómicos importantes para el Bitcoin (BTC) y el sector crypto en general. En este sentido, todas las miradas del mundo financiero están puestas en los próximos miércoles y viernes. El miércoles comienzan los fuegos artificiales con las actas del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), y el viernes tenemos como postre el Core PCE Price Index, el indicador de inflación favorito de la Reserva Federal.
Las actas del FOMC y las criptomonedas
Es probable no se le haya escapado que la Reserva Federal de EE.UU. (banco central) está haciendo todo lo posible para controlar la inflación. Esto se manifiesta en fuertes subidas de los tipos de interés, diseñadas para encarecer el capital y desalentar la inversión y el consumo. En general, el banco central está teniendo éxito y la inflación está empezando a remitir, pero está lejos de conseguirlo.
Así que el próximo miércoles tendremos las actas del FOMC, que son básicamente las actas de la última reunión de tipos de interés de febrero. Fue entonces cuando la Reserva Federal subió los tipos de interés un 0,25% hasta el rango actual de entre el 4,50% y el 4,75%. Las actas nos dan una idea de las deliberaciones de los responsables políticos del principal banco central del mundo.
El principal problema para la Reserva Federal en estos momentos es la fortaleza del mercado laboral estadounidense, que garantiza que la presión al alza sobre la inflación siga siendo elevada. En el momento de escribir estas líneas, el desempleo se sitúa en un nivel históricamente bajo, pues alcanza el 3,4%. Habría que remontarse al año 1969 para encontrar una tasa de desempleo más baja.
¿El índice de precios PCE básico podría deprimir al Bitcoin?
El viernes se publica el índice de precios PCE subyacente. Este es el indicador de inflación favorito de la Reserva Federal porque dicen que da una imagen más veraz de la inflación. Esto se debe a que este índice no incluye los precios de los alimentos y la energía, que tienden a ser mucho más volátiles que los que sí están incluidos.
Desde el 28 de octubre, el IPC subyacente ha caído del 5,1% al 4,4% en enero. Esta vez, se espera que el índice se sitúe en el 4,3%, lo que supone un pequeño descenso. Como nota negativa, se espera que los precios por sí solos suban un 0,4% en enero.
Esta subida sigue a la del 0,3% de diciembre, lo que deja claro que la inflación aún no se acerca al 2,0%. Si el viernes nos encontramos con una sorpresa negativa y el IPC subyacente sube un poco más de lo previsto, los precios podrían subir un poco más.