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El cofundador del motor de juego metaverso Web3 “Webaverse” revela que su empresa fue víctima de un pirateo de $4 millones. Este embarazoso incidente tuvo lugar después de que el equipo se reuniera con posibles inversores en el vestíbulo de un hotel de Roma.
Hackeado durante la reunión
Lo extraño de toda la historia, según el cofundador Ahad Shams, es que las cryptos fueron robadas de una flamante Cartera Fiduciaria y el hackeo se efectuó durante la reunión con los potenciales inversores.
Shams afirma que es imposible que los ladrones tuvieran las claves privadas y que él no estaba conectado a una red WiFi pública en ese momento. Según el empresario, los ladrones accedieron a la cartera a través de una foto del saldo de la misma.
En una carta publicada por la empresa a través de Twitter el 7 de febrero, Webaverse y Shams explican que tuvieron una reunión con un hombre llamado “Sr. Safra” el 26 de noviembre en Roma.
“Entablamos conversación con el “Sr. Safra” por correo, luego mantuvimos conversaciones por vídeo y nos dijo que estaba enormemente entusiasmado con la idea de invertir en empresas Web3”, explica Shams. Al final, la reunión física resultó un jaque mate para el proyecto.
Robo de criptofondos
La carta de Webaverse afirma que el Sr. Safra insistió en concertar una reunión física con él en Roma. Para la reunión, quería los documentos de identidad de Shams, entre otros, porque ya le habían estafado antes en el mundo de las criptomonedas.
Aunque en un principio Shams y sus socios se mostraron escépticos ante la idea de reunirse con el Sr. Safra, finalmente accedieron. Webaverse tuvo entonces que mostrar una prueba de fondos en el vestíbulo del hotel de Roma.
Esto tenía que hacerse a través de la llamada Cartera Fiduciaria. Por este motivo, el equipo creó una nueva Cartera Fiduciaria, a la que envió $4 millones en fondos. Shams explicó que pensaba que esto era seguro porque no se les mostraron claves privadas ni frases semilla.
Finalmente, el Sr. Safra abandonó brevemente la reunión para hablar con sus socios bancarios. Después de esto, no volvió y unos minutos más tarde los fondos habían desaparecido de la cartera.