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La Unión Europea está trabajando duro para introducir el euro digital y la legislación que lo rodea. Se supone que el euro digital se convertirá en la Central Bank Digital Currency del Banco Central Europeo (CBDC), pero no a todo el mundo le gusta el proyecto. Incluso un grupo internacional de instituciones financieras tienen sus dudas.
El euro digital cada vez más cerca, pero controvertido
El pasado mes de junio, la Comisión Europea ya presentó el proyecto de euro digital en el Parlamento Europeo. Desde entonces, el gobierno ha seguido desarrollando la propuesta. También reveló que la moneda debería aceptarse en toda Europa, algo con lo que el gabinete está de acuerdo.
El proyecto es muy controvertido. Por supuesto, el Banco Central Europeo (BCE), que emitirá el CBDC, considera que el proyecto es una buena idea. Pero también hay mucha resistencia en el Parlamento Europeo, ya que muchos diputados no le ven sentido.
Nuevas preocupaciones sobre el CBDC para la UE
Al parecer, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) tiene más o menos la misma opinión. Este grupo de presión fue creado por los bancos comerciales para protegerlos. Los bancos formarán parte de la infraestructura de la CBDC y por tanto, no perderán los depósitos de sus clientes, pero eso no parece ser suficiente para resolver las preocupaciones. En un análisis del proyecto de ley, enumera siete de ellas.
En primer lugar, el IIF cree que la Comisión Europea no ha sopesado adecuadamente los pros, los contras y los riesgos. De hecho, un euro digital podría conducir a una falta de estabilidad financiera poco después de su introducción.
Esto se debe a que el euro digital puede mantenerse desconectado hasta una determinada cantidad. Aún no se sabe exactamente cuál será esta cantidad. El banco central del Reino Unido quiere fijar el límite en 20.000 libras, pero incluso se consideraría un límite de 3.000€ para el euro digital.
Sector bancario: el BCE tiene demasiada influencia
También hay queja de que se han creado muy pocos modelos financieros con el IIF. La organización señala además que el BCE es incapaz de identificar las transacciones de los particulares cuando se trata de las llamadas «transacciones offline«.
Lo que la Comisión Europea aún no ha abordado en absoluto es la posibilidad de que se produzcan conflictos de intereses. Al fin y al cabo, el BCE no sólo emitirá el token, sino que también querrá promover su adopción y fijar el tipo de interés. Al mismo tiempo, el BCE necesita mantener la estabilidad de los bancos y proteger su capacidad de prestar dinero. Estos intereses podrían entrar en conflicto.