Foto: DC Studio/Shutterstock
La detención de un abogado en Marbella ha soprendido al mundo de las criptomonedas: la Policía Nacional ha descubierto el mayor robo de activos digitales en Europa, con un botín de casi 20 millones de euros.
Todo comenzó cuando la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) intentó convertir en euros unas criptomonedas incautadas en una operación contra fraudes tecnológicos y descubrió que las carteras estaban vacías. La investigación posterior desveló que el ‘número dos’ del juzgado encargado del caso, un Letrado de la Administración de Justicia, había urdido un audaz plan para apoderarse del dinero virtual.
Esta historia de traición, sigilo y codicia revela las vulnerabilidades ocultas incluso en los sistemas judiciales más protegidos.
La mayor incautación de criptomonedas en Europa
La historia comienza con la llamada ‘operación Geld’, considerada la mayor incautación de criptomonedas en Europa. La Policía Nacional había intervenido 17 millones de euros en crypto durante septiembre del año pasado, que aumentaron su valor a casi diecinueve millones con el tiempo.
Estos fondos quedaron bajo la custodia del juzgado de Marbella, que había dirigido la investigación original.
El verdadero escándalo surgió en enero cuando la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (ORGA) del Ministerio de Justicia intentó convertir las criptomonedas en euros. Para su sorpresa, las carteras digitales estaban casi vacías. El robo, silencioso y perfectamente ejecutado, sólo podía ser obra de alguien con acceso directo a las claves de seguridad.
El abogado, de custodio a ladrón
La investigación, mantenida en secreto para evitar alertar al culpable, apuntó directamente a un Letrado de la Administración de Justicia (LAJ), el antiguo secretario judicial. Este funcionario, el ‘número dos’ del juzgado, no sólo tenía acceso privilegiado, sino que también era un conocido inversor en criptomonedas. En uno de los registros realizados por la Policía Nacional, encontraron las claves que le dieron acceso a los fondos.
Para reconstruir el caso, los agentes analizaron la cadena de custodia de las claves, identificando a todos los involucrados: policías, funcionarios judiciales, miembros de la ORGA e incluso trabajadores de la empresa de transportes colaboradora. Aunque buscaron huellas en el sobre que contenía las contraseñas, únicamente encontraron rastros de las personas autorizadas, lo que complicó aún más la investigación.
Finalmente, la pista clave fue descubrir que el letrado había adquirido un ‘almacén virtual’ para proteger criptomonedas, aumentando las sospechas. La evidencia encontrada en su propiedad confirmó su culpabilidad. Detenido justo antes de Semana Santa, el abogado confesó los hechos y el dinero robado fue recuperado en su totalidad.
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