Stefan vio desaparecer su crypto sueño, perdió ahorros y amigos
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Si algo suena demasiado bueno para ser verdad, normalmente lo es. Este es un dicho popular que es importante tener en cuenta en el mundo de las criptomonedas, donde las estafas siguen siendo habituales. El crypto-inversor holandés Stefan es consciente de ello, pero la lección le ha costado una fortuna de 80.000€ y numerosos amigos. Lo que empezó como una oportunidad de ganar dinero acabó en una pesadilla que seguirá sufriendo toda su vida.
Seducido por los grandes éxitos de las criptomonedas
Stefan, de 37 años, depositó una cantidad total de 1.000€ -que había reunido por su cuenta comerciando con criptomonedas- en una pequeña empresa llamada CryptoRocket. A través de un amigo, conoció la empresa, que prometía rendimientos de entre el 10% y el 20% mediante el uso de un exitoso bot de trading.
En seis meses, Stefan vio cómo su depósito se triplicaba, aparentemente confirmado por las capturas de pantalla de su creciente cuenta. Animado por estos éxitos iniciales y tranquilizado por las reuniones personales con el administrador de CryptoRocket, Stefan decidió dar pasos más grandes. Depositó 30.000€ e incluso animó a sus amigos a hacer lo mismo. Sin embargo, lo que empezó como una inversión prometedora pronto daría un giro inesperado.
Todos los meses, Stefan recibía información actualizada sobre sus ganancias, lo que, según él, le producía un gran subidón de dopamina. En un momento dado, el total de su cuenta ascendía a 168.000€, cuando él mismo había invertido 80.000€.
80.000€ y amigos perdidos
Todo parecía ir bien, hasta que empezaron a sonar las primeras alarmas.
Los problemas empezaron cuando una de las personas que Stefan había traído no pudo retirar dinero. El administrador de CryptoRocket insistió: «No tengo dinero, tienen que esperar un poco más». A medida que se retrasaban más y más los pagos, más y más amigos llamaban lógicamente a la puerta de Stefan en busca de respuestas.
La situación empeoró aún más cuando se reveló que el administrador de CryptoRocket era un auténtico estafador. Él y otra empresa supuestamente engañaron a los inversores utilizando falsos bots y cuentas de demostración. Con el tiempo, quedó claro que Stefan, junto con otras casi 30 personas a las que había reclutado, había sido incriminado.
Poco después de que salieran a la luz las malas prácticas, el estafador fue detenido. El juicio está ahora en pleno apogeo, pero el acusado sigue manteniendo su inocencia. La justicia sospecha que el dinero saqueado se gastó en un criptocasino, mientras que Stefan cree que se desvió a Dubai.
Sea como fuere, Stefan ha aprendido la lección. Financieramente, ahora está en apuros, con una deuda tributaria de más de 50.000€, que en un principio pretendía saldar con sus criptoganancias. Sin embargo, según Stefan, el daño financiero no es lo peor. Le pesa mucho más la mella en sus amistades. «Conozco a algunos amigos desde hace 20 o 30 años. Ahora se ha roto algo que no se puede recuperar», explicó.
Lección importante para los crypto inversores
Esta historia es un ejemplo clásico de estafa de sacrificio de cerdos, en la que se seduce a las víctimas para que inviertan más y más dinero, como una forma de «engorde», sólo para sufrir dolorosas pérdidas financieras. La gran lección de todo esto es que hay que mantener una actitud crítica en todo momento. La precaución y la investigación exhaustiva son esenciales para evitar ser víctima de estafas como esta.