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El joven empresario australiano Kane Ellis siempre se ha interesado por la tecnología. A los 18 años creó una consultoría tecnológica, Nerd Herd. Después desarrolló la aplicación CarSwap. Tuvo bastante éxito con ella, pero éstas no fueron sus inversiones más exitosas. Concretamente, fue Bitcoin (BTC).
Bitcoin para el pedido de McDonalds
Empezó a minar Bitcoins en 2011. Era muy pronto; el precio del Bitcoin era sólo de $1,6 por aquel entonces. Además, la red Bitcoin requería mucho menos por aquel entonces. Aún podías minar de 3 a 4 monedas al día utilizando sólo tu portátil. Entonces no era necesario un hardware caro. Él mismo lo vio como una especie de experimento; tras investigar un poco más sobre el principio de las criptomonedas y la blockchain, se convenció de su utilidad.
Tras acumular una buena cantidad de Bitcoins, Ellis decidió poner en práctica su novedad tecnológica. Una decisión de la que más tarde se arrepintió un poco:
«En 2011, más o menos, pagué 4 BTC por una comida en McDonalds«, explica Ellis. Esto formaba parte del experimento; quería ver si el concepto funcionaba realmente. Esos pocos Bitcoins valdrían ahora más de $200.000, pero era lo suficientemente importante como para que probara la tecnología.
Bitcoin y su cotización eran especialmente impredecibles en aquel momento, por lo que era importante investigar si resultaba práctico pagar con la volátil moneda. Después de esa compra, se convenció. Incluso sus amigos apoyaron su decisión, a pesar de que Bitcoin estaba en sus primeras etapas.
Del Bitcoin a los negocios propios
Su aventura con Bitcoin le convenció de sus habilidades informáticas y sus conocimientos empresariales. Esto le llevó a crear su primera empresa propia, Nerd Herd. Se trata de la empresa australiana de consultoría informática de la que sigue siendo director general, según su perfil de LinkedIn. En pocos meses, consiguió contratos de hasta $100 la hora.
En 2016, su interés por el comercio y el software le llevó a crear la plataforma online de compraventa de coches CarSwap, que incluso tiene como clientes a concesionarios habituales. Su pasión por los coches y la inversión en criptomonedas le llevaron finalmente a comprar el coche de sus sueños a los veinticuatro años: un Maserati GranTurismo amarillo brillante.
«Las criptodivisas me ayudaron a construir una vida mejor y a poner en marcha mi propio negocio. Ahora puedo vivir la vida que siempre he soñado», concluye Ellis.