Las criptomonedas estables se utilizan más que nunca para delinquir
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Con el año 2024 a nuestras espaldas, ha llegado el momento de que la empresa de investigación Chainalysis haga balance en cuanto al uso de criptomonedas para negocios fraudulentos. ¿Qué descubrió? Las stablecoins siguen desempeñando un papel destacado en estas actividades, y la delincuencia en el mundo de las criptomonedas sigue aumentando.
El 63% de las transacciones fraudulentas implican stablecoins
El «Crypto Crime Report » de Chainalysis muestra que en 2024 tampoco ha mejorado el uso de crypto tokens estables en prácticas ilícitas. Es el tercer año consecutivo en el que estas criptomonedas son las más utilizadas. En 2022, seguía siendo mayoritariamente Bitcoin (BTC). Según el informe, hasta el 63% del volumen de transacciones para el negocio fraudulento estaba relacionado con stablecoins.
Cabe mencionar que el uso global de este tipo de crypto token también aumentó un 77% en comparación con el año anterior. Esto pone de manifiesto que el crecimiento de las actividades ilícitas va de la mano de una mayor adopción de las stablecoins. En total, se estima que el volumen de operaciones involucradas en actividades sospechosas en 2024 rondará los $51.300 millones.
Aumento anual de las criptomonedas robadas
La cantidad de criptomonedas robadas ha vuelto a aumentar este año. Se registraron nada menos que $2.200 millones en fondos digitales robados, lo que representa un aumento de alrededor del 21%. Las criptomonedas robadas se captaron de formas muy diversas, desde ataques de phishing hasta complejos hackeos de protocolos blockchain.
La mayoría de las criptomonedas perdidas se robaron a través de servicios financieros descentralizados (DeFi). Estas plataformas, populares por su naturaleza abierta y sus aplicaciones innovadoras, están demostrando ser vulnerables a los piratas informáticos.
Esto es notable, ya que a mediados de 2024 los piratas informáticos y los estafadores apuntaban principalmente a plataformas centralizadas como los crypto exchanges. El segundo mayor porcentaje de capitales robados, alrededor del 43,8%, se perdió mediante el robo de contraseñas.
Los ciberdelincuentes son cada vez más ingeniosos y hacen que sus estafas sean cada vez más creíbles. Las falsas alertas de los exchanges de criptomonedas a veces son indistinguibles de los informes auténticos, lo que hace que las víctimas revelen información personal.
Aunque muchos autores no pueden ser localizados, las agencias de investigación consiguen a veces atribuir los hackeos a partes concretas. Uno de los grupos más conocidos es «The Lazarus Group «, un grupo de hackers norcoreanos. Este grupo utiliza criptomonedas robadas para financiar el programa de desarrollo nuclear del país, lo que suscita preocupación internacional.