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El 31 de mayo, Wu Blockchain envió un tweet al mundo en el que afirmaba que Binance, el mayor exchange de criptomonedas del mundo, había iniciado al parecer una nueva ronda de despidos. Múltiples fuentes le habrían confirmado que el 20% del total de la plantilla podría empezar a hacer las maletas. Añadió que los despidos podrían deberse a las condiciones actuales del mercado y al hecho de que el exchange había contratado anteriormente a demasiados empleados.
La noticia parecía ser la enésima vez que Changpeng Zhao (CZ), CEO de Binance, decidía responder con su famoso «4». Esto hace referencia a un tweet anterior del 2 de enero de CZ en el que había enumerado sus objetivos para este año. En el número 4 estaba su intención de ignorar el FUD (Miedo, Incertidumbre y Duda).
Binance despide, CZ responde
CZ indicó en su tuit que la superpotencia del sector de las criptomonedas aplica un programa denominado «bottom-out» para evaluar la idoneidad del personal:
»Nos despedimos constantemente de personas que no encajan bien en la empresa. Muchos de ellos son grandes personas o tienen un buen rendimiento, pero puede que no encajen en nuestra cultura/situación única».
CZ afirma que se trata de un programa continuo que se extiende además a otros aspectos de la empresa, como el ahorro de costes, los servidores, los vuelos y las comidas. Añade que este programa es quizás la razón por la que la bolsa ha resultado rentable diaria, semanal y mensualmente desde su cuarto mes de constitución (desde octubre de 2017).
CZ termina su tweet diciendo que siguen buscando personas con talento para contratar.
Aumento de la presión reguladora sobre el sector de las criptomonedas
El director de estrategia de Binance, Patrick Hillmann, también se hizo oír tras conocerse la noticia de la ronda de despidos. Insinuó que la reorganización también pretende hacer frente a la creciente presión sobre el mundo de las criptomonedas:
»Los reguladores de casi todos los mercados importantes también están trabajando horas extras para proporcionar más claridad sobre sus expectativas del sector y de la clase de activos en general, lo que ejerce aún más presión sobre las organizaciones para que se adapten o queden fuera de la línea».