Foto: T. Schneider/Shutterstock
El criptobanco Silvergate lleva en apuros desde principios de año. Los problemas resultaron ser aún mayores de lo esperado la semana pasada y ayer por la tarde el criptobanco hizo el temido anuncio: Silvergate va a detener todas las operaciones y liquidar el banco. Silvergate afirma en un comunicado de prensa que éste es «el mejor camino a seguir».
La quiebra de FTX resuena
El criptobanco perdió $1.000 millones el último trimestre y se vio obligado a despedir a casi la mitad de sus empleados en enero. La confianza de los inversores se esfumó y la empresa tuvo que procesar más de $8.000 millones en retiradas. Para conseguirlo, Silvergate dijo que tuvo que vender una gran cantidad de activos con pérdidas.
Está claro que Silvergate no se ha recuperado del golpe, por lo que cierra oficialmente sus puertas. Según el banco, todos los depósitos se abonarán a los clientes. En respuesta a la noticia, las acciones de Silvergate cayeron casi un 40% en las horas posteriores al cierre de los mercados.
Toda la situación de Silvergate muestra lo desastrosa que fue y sigue siendo la caída de FTX. La antigua bolsa de criptomonedas FTX era el mayor cliente de Silvergate. El analista de Bitcoin (BTC) Josef Tetek explicó.
«La situación con Silvergate demuestra lo contagioso que sigue siendo FTX, y lo relevante que es la exposición de los inversores a las bolsas centralizadas. Si las cosas van mal, esa exposición es un riesgo de gran alcance».
La caída del criptobanco no es una sorpresa
Que Silvergate esté cerrando sus puertas no es ninguna sorpresa, y desde luego no lo es para el conocido inversor Mark Cohodes. El pasado fin de semana ya afirmó que Silvergate se derrumbaría en una semana.
Desde la caída de FTX en noviembre, Cohodes ha tenido reservas sobre el criptobanco. La gran conexión entre FTX y Silvergate le llevó rápidamente a la conclusión de que el criptobanco es «basura» al igual que FTX.
Así que su juicio se ha hecho realidad, y Silvergate va a cerrar las puertas. Según el propio banco, el siguiente paso es «determinar la mejor forma de resolver las reclamaciones y preservar el valor residual de los activos».